Paco de Lucía en la guitarra, Camarón de la Isla en el flamenco y Los Chichos en la rumba. Ese fue el trío de oro que la música española, de raíces gitana y atemporal, comenzó hace medio siglo. Los únicos supervivientes que quedan en la rumba de hoy mas longevos,
“El barrio está muy cambiado. Donde había chabolas, hay edificios. Esto parece ya una ciudad”, relata el mayor del grupo, al que se sumó a principios de los noventa su hijo, conocido como Junior, Emilio González García, otra de las figuras fundamentales para entender el devenir de la formación los últimos treinta años. “Todo queda en familia. Y se ha añadido también mi otro hijo, que tiene 38 años y se le da muy bien la parte más electrónica”, destaca.
En el directo cuentan con cinco músicos más y tres coristas. “Lo hacemos como lo hemos hecho siempre”, apunta un Emilio de memoria prodigiosa, que lo mismo viaja hasta un 22 de octubre de 1995, el día en el que Jeros falleció, como comenta un tema compuesto junto al enorme Antonio Humanes o rememora los años de los mesones, en los que fueron descubiertos por el padre de Paco de Lucía, Antonio Sánchez, que les introdujo en la discográfica Fonogram.
50 años de éxitos
“Fue una pena cuando Jeros se fue para el otro mundo. Pero no quiero hablar de los que no están”, dice compungido, a la vez que celebra el que pudiera entrar uno de sus hijos. A partir de esa fecha Los Chichos irán a una velocidad más lenta, aunque seguirán componiendo, haciendo giras y publicando grandes álbumes.
De 1974 a 1989 van a publicar más de una docena de álbumes, con ventas millonarias y canciones que se convertirán en la banda sonora de la marginalidad. “Seguimos tocando muchos de los éxitos que nos han acompañado en estos años. Nuestros seguidores no nos lo perdonarían. ‘Ni más, ni menos’, ‘Mujer cruel’, ‘Otro camino’, ‘Son ilusiones’ o ‘Mala ruina’, que hice mano a mano con Humanes”, enumera. ¿Alguna favorita? “Es como si me pidieran elegir entre mis hijos. No puedo hacerlo. Todas son especiales”.
Txarly Brown, autor de Achilibook, escribía hace nueve años que eran “la voz del pueblo oprimido”. Para el coleccionista y pinchadiscos “el legado lírico de Los Chichos sobrevivirá a sus intérpretes, siendo un referente de los grupos actualmente denominados neocalorros”.
En estos últimos años, Los Chichos se han visto más reivindicados que nunca. “Hemos actuado en el Primavera Sound y en el Viña Rock. También muchas veces en Madrid, en diferentes lugares como la Plaza de la Remonta, las Vistillas o la Pradera. La gente nos camela. La gente nos quiere”, comenta orgulloso Emilio. El mismísimo Dellafuente los homenajeó hace una década, en una de sus primeras grabaciones caseras, que llevaba el nombre de ‘Speakin Chichos’
Emilio, de todos modos, no se siente atraído por el sonido de las nuevas generaciones, aunque valora el que muchos de estos grupos hablen de ellos, los versionen y utilicen trozos de sus canciones como base. “Hemos trabajado mucho y agradecemos que se acuerden de nosotros”