Eran los chicos mimados de la discográfica. Llevaban nueve discos en el mercado, a disco por año y todos ellos con gran valor musical. Cada single que se extraía era un triunfo seguro que se repetía año tras años con las salidas de la canción que mas pegaba del disco.
Que artistas no estarían contentos de renovar con una marca potencial de la música como lo era PHILIPS…’
Julio Jero y Emilio lo sabían, eran lo mejor del panorama musical y los que mas pegaban. Entonces estaban en su plena plenitud, sus anteriores discos sonaban fuerte, además el Poutpourrí de sus mejores 47 éxitos se convertía en todo un precedente y las radios, discotecas y ferias se las rifaban. Eran la música del momento, esas rumbitas que solo ellos sabían que se venderían como rosquillas, éxitos tras éxitos, era inevitable que se perdieran, y la Philips les ampliaría contrato de por vida.