Sus temas nadie los denunciaba. Los Chichos música protesta, música rumbera y quinqui se formó a golpes de vivencias en las calles en la peor década de los setenta y ochenta.
Cuentan en su repertorio con algunas de las más sangrantes muestras del machismo que sonaban en discotecas. «Mala ruina tengas», en la que la infidelidad de una mujer se castiga, «Amor de compra y venta», la misma historia, pero contada al revés, pasando por «Perdió su pañuelo», que explica con pelos y señales en qué consiste «la honra de una mocita se mancha y no brilla mas», o «No sé por qué», donde la mujer es poco menos que el demonio y el macho el cornudo, con muchas piezas dedicadas a marcar territorio y levantar la mano, pero sin duda gustaban y eran un clamor. Los Chichos lo cantaban y no pasaba nada porque decían la verdad.
Por eso han sido banda sonora para la mayoría de sus seguidores, que se cuentan por cientos de miles de todo el mundo. Cada canción es una historia, un algo que contar, un sentimiento a tener en cuenta.
Porque, a quien le puede ofender unas vivencias basado en hechos reales y contadas en unos minutos.
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