Pero gracias al olfato de don Antonio Sánchez Pecino (padre de Paco de Lucía) quien ya los había fichado para Fonogram, lograron que un tipo culto y sensible les diera esa oportunidad vedada en Televisión Española.
El tipo era José María Iñigo, quien se puso muy nervioso cuando Jeros, Julio y Emilio no estaban a la hora pactada en el correspondiente plató.
Pensaba que seguirían de juerga o se habrían dormido, pero lo cierto es que ya hacía un buen rato que la Guardia Civil les había retenido en el acceso a Prado del Rey: ¿razón?, étnica.
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